Letra de Ella S�lo Supo Dejarse Querer - Victor Manuel
Letra de canci�n de Ella S�lo Supo Dejarse Querer de Victor Manuel lyrics
Que si tienes sed y te dan de beber,
que si tienes hambre y te dan de comer,
ella s�lo supo dejarse querer
eran como brasas los ojos de aquel.
Hasta le gustaba que fuera celoso
que la amenazara con tirarla al pozo,
si otro la miraba y ella respond�a
con otra mirada, no sabe qu� har�a.
Los amores perros no saben querer,
los amores ciegos creen lo que ven.
�l se refugiaba en su forma de ser
ella s�lo quiere desaparecer.
Cuando todo estalla, los hijos, la casa,
para el aguacero no sirven paraguas,
para que no sepan nada las vecinas
https://www.coveralia.com/letras/ella-solo-supo-dejarse-querer-victor-manuel.php
�l no deja marcas y ella nunca grita.
Demasiado tarde para comprender
cuando ya no hay puentes no puedes volver
a una mariposa con un alfiler
la dejas clavada contra la pared.
Toda la escalera, el portero, la abuela
y el s�per del barrio con sus dos cajeras,
todos se hacen cruces, todos se hacen lenguas,
eran tan normales, tan buena pareja.
Donde nadie espera se enciende una hoguera,
uno pone el fuego y el otro la le�a,
ni tablas ni leyes, ni condenas ciertas
de un d�a para otro no acaba esta guerra.
Ella s�lo supo dejarse querer...
que si tienes hambre y te dan de comer,
ella s�lo supo dejarse querer
eran como brasas los ojos de aquel.
Hasta le gustaba que fuera celoso
que la amenazara con tirarla al pozo,
si otro la miraba y ella respond�a
con otra mirada, no sabe qu� har�a.
Los amores perros no saben querer,
los amores ciegos creen lo que ven.
�l se refugiaba en su forma de ser
ella s�lo quiere desaparecer.
Cuando todo estalla, los hijos, la casa,
para el aguacero no sirven paraguas,
para que no sepan nada las vecinas
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�l no deja marcas y ella nunca grita.
Demasiado tarde para comprender
cuando ya no hay puentes no puedes volver
a una mariposa con un alfiler
la dejas clavada contra la pared.
Toda la escalera, el portero, la abuela
y el s�per del barrio con sus dos cajeras,
todos se hacen cruces, todos se hacen lenguas,
eran tan normales, tan buena pareja.
Donde nadie espera se enciende una hoguera,
uno pone el fuego y el otro la le�a,
ni tablas ni leyes, ni condenas ciertas
de un d�a para otro no acaba esta guerra.
Ella s�lo supo dejarse querer...